Fantasmas equivocados;

Hoy fue un dia como los otros. A estas alturas del año las profesoras tienen menos ganas de aparecer por la escuela que nosotros. Evitan a toda costa a los alumnos, caminando rápido, mirando para otro lado y sobre todo esta presente la típica frase “Estoy ocupada”. Se pasan las 2 horas de clase mirando su cuadernito y escribiendo dios sabe que cosa para no tener que dirigirle la palabra a los alumnos que recién ahora se dieron cuenta que se llevan la materia. Hasta un punto eso es genial porque ¿Quién quiere hacer algo? Pero ya cuando no hacemos NADA DE NADA, me pongo a pensar ¿para que nos hacen ir si las clases terminan el 30 de noviembre? A partir de esa fecha no hacemos ABSOLUTAMENTE NADA, solo nos sentamos y esperamos a que las agujas del reloj pasen leeeenntas y sin apuro. Parece como un castigo, termina una hora, viene otra, termina una hora, viene otra. La verdad prefiero quedarme en mi casa porque si me aburro se que puedo entretenerme con algo. Pero en la escuela se que no me voy a poder entretenerme con nada y voy a estar muerta de calor tirada arriba del banco. Como me gustaria ir solo los dias que tengo matematica, rendir y ya poder decir CHAU ESCUELA, HOLA VERANOOOOOOOOO. Se que mañana me espera otro dia igual o peor. Me voy a volver loca si tengo que contar otra vez todos los cuedraditos del piso.